Nueva Profesión

Salía de trabajar de ese enorme corporativo transnacional en el cual laboro, fue justamente ahí donde la encontré,  ahí estaba en el suelo, sola, desamparada, tan desvalida por si sola, era una funda.

Lección 1: Si a su vida llega una funda por si sola aprovéchela, total, a quien le dan pan que llore.

Procedí a recoger a la funda, olía bien, suavecita, tersa, acogedora y receptiva. Inmediatamente saque mi aparato y lo empecé a sacar y meter de la funda miles de veces hasta que olio a cuero quemado.

Lección 2: Si usted ya hizo uso de la funda, consígase una nueva o deseche la actual.

Pensé, ¿de quien será esta funda?, esta media guanga, pero igual y me la quedo, mejor nel, seguiré mi consejo numero 2. Chale, ¿pero como la devolveré?; No tiene nada como para identificar a la dueña.   Seguí mi camino divagando sobre el futuro de la funda, unos metros adelante vi a un par de excelsas chicas las cuales buscaban algo entre sus bolsos. Alcance oír a lo lejos:

Chica1: Ya ves!!! Ya la perdiste, seguro la tiraste

Chica2: No, yo no tire nada, buscate bien

Chica1: Mi funda!!!  :'-(  :'-(  :'-(

Chica2: Ya, no es para tanto, es tan solo una funda de celular.

Chica1: Eso dices por que no es tuya. :'-( :'-( :'-( Snif Snif Snarf

No había duda, ella era la dueña de esa fundita, pero procedí a aplicar la prueba "Estilo Cenicienta" para comprobar que fuera de ella. (Había la posibilidad de que fuera una hermanastra, en caso de que no lo fuera, le iba a decir que me prestara a una hermanastra).

Me acerque a ellas y les entregue su pertenencia, ellas quedaron sorprendidas y alegres por haber recuperado su funda. Me agradecieron y me comento la chica que nunca alguien  le había tratado su funda como yo lo hice.

Creo que he encontrado mi nueva vocación como cazador de fundas.